lunes, 19 de octubre de 2009

Irrealidad

Desde que lo miro me nace un nosequé desde acá adentro que no puedo controlar. Lo miro lo miro lo miro... y me genera una inquietud física, un deseo táctil que se limita por la irrealidad de su existencia. Porque si sólo existe en mi mente es irreal. Ya aprendí con Descartes que sólo las sensaciones son lo real, y que los sueños me mienten. Pero lo miro. Y lo sueño. Y lo que aprendí me lo olvido y ya no sé que hacer con este mar oleándome en el pecho. Y sueño con que el límite de lo táctil se supera. Y que el mar por fin ahoga los miedos y las reservas. Pero los sueños me mienten y solo lo real es real. Si no es real, no es real. Eso es una tautología, es tan simple, es tan obvio, es una redundancia. ¿Porqué insisto en bañar de realidad una irrealidad? ¿Seré idiota acaso?
Ahhh pero lo sueño y es real. Y lo miro, y es real. Y lo pienso, y es real.
Maldigo las contradicciones que abarco.

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