lunes, 26 de septiembre de 2011

Las mujeres y nuestra relación amorosa con el pero.

No importa en qué trabajes, cuál sea tu edad, cuál tu nivel de estudio. Si sos mina, siempre tenés un pero. Es como si estuviéramos enamoradas del "pero".
"Es un amor, pero es medio pavo". "Es perfecto! pero económicamente indeseable". "Está bárbaro! pero no te parece que podríamos ponerle esto otro también?". "Es feo, pero tiene un nosequé".
Tenemos el pero fácil, por así decirlo.
El temita está en que no necesariamente lo somos respecto de lo que hacemos nosotras mismas... Y nos rompe soberanamente los ovarios que alguien le ponga un "pero..." a lo propio.
Y sí, ya sabemos que es molesto; y no, no podemos cambiarlo; y sí, siempre decimos que vamos a intentar no ponerle un pero a las cosas; y no, no dejamos de ponerle el pero, sino que optamos por no decirlo... pero en nuestra cabeza, estamos pensándolo.
No es que seamos inconformistas, ojo... Hay muchas cosas que nos gustan y con las que somos felices. No obstante eso... le podemos encontrar algo que nos haría más felices... vendría a ser como que tenemos la capacidad de ver cómo las cosas podrían mejorar.
No es que seamos inconformistas entonces... es que somos perfeccionistas!!!

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Joy

Hoy no tengo peros, no tengo preocupaciones ni dudas.
Hoy sonrío. No me importa ni el futuro ni el pasado.
No me da miedo decir te quiero, ni me da vergüenza decir te extraño.

Hoy es simplemente eso... alegría.

¡Qué bien que hace estar así!

domingo, 11 de septiembre de 2011

Vulnerable

Siempre la mayor, siempre la defensora.
La solucionadora de problemas. La respuesta.
Siempre la lógica, la coherente, la contenedora. La madre. La mediadora.
La objetiva.

¿Y ahora? ¿A dónde busco las respuestas? ¿Quién me cuida el corazón? ¿Cómo freno este juego que amo jugar, para no apostar a ciegas?
Tengo todo para ganar o para perder y quiero seguir jugando, pero tengo miedo. Tengo miedo de nuestra piel, de nuestra mente, de nosotros. Tengo miedo de este vértigo, este temblor, esta tormenta.
¡Pero si no te estaba buscando, y te me apareciste! me dijiste en tono de queja. No sé de dónde saliste, no te esperaba, continuaste.
El peligro de este fuego, de este ardor, reside en que no se puede controlar. Este estado de vulnerabilidad, de apertura... no sé cómo cerrar estas puertas. Y no quiero cerrarlas. Y me da pánico el no querer que se cierren.
Me da pánico quererte, extrañarte así.
Te siento.
Y me asusta.
Y me encanta.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Mear el arbolito

Tenemos esta cuestión animal de marcar el territorio, sólo que creemos que es más civilizada que la de los perros y gatos.
En vez de mear la pata del que queremos sea reconocido como propio, como seres sociales y domesticados que somos, realizamos pequeños actos intentando que el resto de la gente pueda entender tal pertenencia, y que por lo tanto, se aleje.
Las diferentes formas que tiene cada uno de "marcar" dependerá, obviamente, del grado de madurez que se tenga, de la seguridad o la falta de ella, de las aptitudes sociales de cada uno. No será lo mismo el intento torpe de un adolescente en medio de un ataque de celos que el de un adulto que se siente seguro de sí mismo. No actúan de igual manera una mujer que un hombre. Y tampoco lo hace igual la misma persona, en dos circunstancias diferentes.
Los métodos utilizados para "marcar" se han diversificado con el uso de la tecnología y con el avance mismo de la sociedad. En algún momento de la historia, hubo duelos para resolver estas disputas, pero hoy en día, todo se ha alivianado de cierta forma.
Podemos ver cómo de a poco se va poblando el muro del FB de una persona A con "me gusta" y comentarios de una persona B. Podemos notar, cómo en una situación social, C acaricia levemente la espalda de D. En la calle, caminando, ante la mirada inquisitiva de un tercero, E toma la mano de F.
Todo esto, lo entiendo. Me parece natural e innato a la condición de humanos civilizados.

Ahora bien, robarle el teléfono a tu ex, revisárselo, llamar por teléfono a quien sea que le manda mensajes, para decirle verbalmente, este arbolito es mío... me parece... que te fuiste un poquito al carajo...

lunes, 5 de septiembre de 2011

Terremoto

Recién te vas y ya te extraño...
Y estoy tratando de encontrar razones todo el tiempo que me justifiquen esta sonrisa perenne.
Y me siento hermosa... ¿me veo con tus ojos?
Y mi boca sabe a vos, sabe a tu cuerpo, sabe a tus besos.
Y mi mano que tendría que estar en la tuya me reclama por tu piel, por tu pelo.
Y mi mente, tan lógica, divaga, desafía la razón... no importa la distancia si estás acá cerca... las leyes de la física no aplican hoy.
Y se me forma tu nombre en los labios, se me escapa.

No puedo parar de pensarte, me decís.
Te quiero, me decís.


Esto es grave.