lunes, 31 de octubre de 2011

Quiero

J. fue un punto de inflexión en mi vida.

Quiero esa droga.
Esa sensación de alegría, de libido ilimitada, de desafío constante.
J. me calentaba la mente.

Pero no era él.
Él fue el disparador.

Era yo.
Yo era la mente que me excitaba, yo era la libido que me acosaba, yo era la alegría.
Aprendí que no quiero un plan perfecto.
Quiero fuego. Pero no sólo en la cama, quiero fuego en mi cabeza. Quiero pasión en todo lo que haga. Quiero alguien con agallas. Que invierta en sí mismo. Que se quiera de verdad.
Y, definitivamente, alguien a quien yo le caliente la cabeza más que la entrepierna.

Lo mejor que me quedó de él fue que yo me encontré.

viernes, 28 de octubre de 2011

Terapia culinaria

Amo cocinar. Me encanta la sensación de crear. Y me hace bien.
Mientras cocino, pienso en los problemas que me van asolando... y es como que se fueran disipando, como si me estuviera lavando por dentro. Quizás es el hecho de imaginar qué voy a poner a continuación, qué le voy a agregar luego, mientras mantengo mis manos ocupadas, lo que me sirve de terapia. Quizás es el hecho de que lo que estoy haciendo va a nutrir. No sé bien... la cosa es que me hace bien cocinar. Pero siempre es mejor cocinar para alguien más. Lo veo como hacerle un regalo a la otra persona, como un agasajo.
En este momento, estoy en Rosario, en casa de mis viejos (que de viejos no tienen nada, 50 y 51, unos pibes) y les estoy haciendo el almuerzo. Mi viejo anda medio enfermucho, de alguna manera, en mi cabezota, hacerle algo rico lo cura, jaja.
Nunca sigo una receta, siempre la voy creando a medida que cocino... así que acá les comparto el proceso para una comida rápida, rica y (de alguna manera) sanadora.

Pechugas de pollo con salsa de mostaza.

Sellar de ambos lados las pechugas sin piel en un sarten o wok caliente con un poquitito de aceite. Agregarle cebollas cortadas en juliana (esta vez le puse puerro también) mezclar y que se cocinen un ratito. Agregarle sal y bastante limón, mostaza y Casancrem. Mezclar todo y si está muy seco, ponerle agua, o vino blanco. Y dejar que se cocine. Cuando las pechugas estén bien cocidas (fijarse con un cortecito si está todo bien blanco, sin nada rosado), sacar del fuego y servir.
Va como piña con ensalada de rúcula fresca con queso.

martes, 25 de octubre de 2011

Buena onda

No agradecí como es debido los comentarios buena onda que me han hecho en todo este tiempo por acá. Muchos mimos virtuales, gracias che!


lunes, 24 de octubre de 2011

La conversación que no será, ni fue, ni es. La anti-conversación.

Hola, ¿cómo estás? Yo mejor, de a poco, pero mejor. Nunca dijiste nada, me tuve que madrugar con tu ausencia, tu silencio, tu desprecio. Y me dolió. Fue feo por unas semanas. No podía tender mi cama sin pensar en que estuviste atado a ella. No podía abrir el cajón de los cubiertos sin pensar en tu amenaza de desarmar todo, para sacarle las miguitas. Cualquier canción hacía que me se pongan picosos los ojos, que se me traben las palabras, que se me anude una corbata fuerte fuerte en el cuello, casi casi sin poder pasar el aire. Estuvo feo. Bueno, igual, no querés saber nada de esto. Ya sé que no te importa, creo que fuiste bastante claro al respecto. Igual, sabelo que no va a ser así siempre. Ya no me duele tanto, puedo decir todo esto sin derramar hasta ahora ni una sola lágrima. Sabelo que algún día voy a pensar en vos y voy a tener que esforzarme para recordar el color exacto de tus ojos. Algún día voy a reírme de mi misma por haber hecho planes tan ridículos. Y no va a ser una risa amarga, va a ser genuina. Un día no vas a ser nada más que uno más. Y no me importa que hoy yo ya sea una más del montón. No me importa que no te importe. Porque sé que soy una mujer que vale la pena. Loca, histérica, enfermita, adicta al trabajo y a tener siempre razón, obsesiva y maniática del control. Así y todo, valgo la pena. Y tengo derecho a ser feliz y a enamorarme. Y tengo derecho a perder la cabeza. Así como la perdí con vos. Tengo derecho a zapatear de la felicidad, a que me duelan las costillas de tan henchido el corazón. A no tener otro gesto en la cara que no sea una sonrisa. Pero la próxima vez que me enamore, voy a intentar que el destinatario de toda esa energía, de toda esa fuerza, valga la pena. Porque así soy. Tarde o temprano, todo lo puedo superar. También te voy a olvidar. Algún día vas a ser uno más. Y nada más que eso. Un extra.
Por eso te digo todo esto. Quería darle un cierre. Basta de llorar por los rincones, patear baldosas y pensar en qué hice mal. Ya sé qué hice mal. Fue atribuirte cualidades que no tenías. Pero bueno, ese fue mi error. No es momento ahora de pensar en cambiar el pasado. Es hora de decir, simplemente, adiós.
Hoy entraste a mi pasado, solías decir.
Entraste al mío también.
Buen viaje, buena vida, buena suerte.



Que te vaya bonito
que no te vaya mal
y que el tiempo te deje
donde tengas que estar

jueves, 20 de octubre de 2011

Recuerdos ninja

Todo bien con la depresión, pero bueno, hay que superarla.
Todos los días, gimnasio. Cada patada que pego en Tae Bo va directo a las bolas del ausente. Y debo admitir, que se siente bien. Cada estocada, cada sentadilla, siento que me dan fuerza a las piernas, para poder pararme de nuevo. Cada vez que levanto una pesa, me imagino los músculos de mi pecho sanándose.
En la oficina, leo cosas nuevas, estudio, escribo, pienso en cómo plantear tal o cual cosa, cómo plasmarlo en la demanda, en el telegrama.
En el colectivo, me concentro en mirar a la gente. No dejar vagar la mente porque ya sabemos a dónde va. Hay que esforzarse, observarlos bien, inventarles historias, imaginarte cómo serán en sus casas. Esa tiene pinta de tener todo muy ordenadito. La tendría que llevar a mi casa, le da un infarto o me ordena, una de dos. Ese está con cara de sueño. Aquella seguro que escucha Luis Miguel o Arjona y canta a viva voz sus temas.
En casa, prendo la computadora y me pongo un capitulo de alguna serie que me guste mucho. Y otro. Y otro. Y otro. Hasta que me de sueño.
A la mañana temprano, el noticiero a un volumen poderoso, no me deja pensar mientras tomo unos mates amarguitos como yo.


El tema es que no puedo controlar a los recuerdos ninjas. En medio de una disertación interna sobre la aplicación de tal o cual artículo, viene una imagen de sus ojos o el sonido exacto de su risa y me pega una patada en la nuca. Sin darte cuenta, te ataca por la espalda un chiste que te dijo mientras estabas feliz con él. Leés un libro y se te aparece el nombre de un autor que le presentaste (uppercut a la boca del estómago). Escuchando música, le prestás atención a la letra y te das cuenta que todas cuentan tu historia (gancho en la mandíbula).

Ayer, por ejemplo, me tomé una pastilla por el dolor de cabeza. Y me acordé que en casa tenía de esa misma marca. Ahh, no, la última, se la tomó él.
La puta.
Patada voladora en el medio de la frente.

domingo, 16 de octubre de 2011

Catarsis personal

Lo peor de todo no es que se termine una historia. Tampoco es el dolor o el llanto. Ni la sensación de soledad y abandono.
No estoy mal por no tenerlo más en mi vida ni por haberme sustraído sus conversaciones y su mente junto con su presencia.
Bah, sí, pero no es lo peor.
Es esta idiota compulsión a pensarlo todo el tiempo. No tener la libertad de poder pensar en otra cosa que no sea esta situación de mierda.
Sin explicaciones, sin ningún tipo de aviso ni peleas, ni nada de nada. Así como si nunca nos hubiéramos cruzado. Así como si todo hubiera estado en mi cabeza.
Las últimas palabras que escuché de sus labios fueron "te quiero mi amor". Y después de eso, la nada. Sin rastros, sin palabras, sin un puto mensaje que por lo menos me diga "no quiero verte más". ¿Tengo que adivinar qué mierda pasó por su cabeza acaso? "Hola, solo quería decirte que no me gustas más", "En realidad no te quiero, te mentí", "Volví con mi ex mujer". ¿Pero no tiene los huevos ni para un mensaje de texto? Ni hablar de una llamada ¿Acaso le tenía miedo a la reacción? ¿Qué le puedo llegar a decir? ¿Sos un pelotudo, suerte en tu vida?
Pero bueno... aparentemente fui una putita más en su vida a la que se le podía entrar con un par de palabras dulces y un par de miradas tiernas. Y a la mierda. Lo que yo me pregunto es... si era eso nomás... ¿Para qué todo el circo? ¿Para qué hacerme enganchar al pedo? ¿No hubiera sido más fácil dejarlo en una aventura y ya? O sea, no es que le haya hecho muy difícil la cosa. Pero no... se ve que es más divertido hacer que la gente se enamore, para después romperle el corazón. Y que no venga con que no fue la intención... él no será responsable de mis reacciones, pero desaparecer así es doloso. Y es de cagón. Onda... quiero lastimarte, pero desde lejos. Pelotudo. Esa faceta evidentemente no la conocía antes.
Capaz que el problema soy yo también, ojo. No soy ni por asomo una mujer perfecta. Pero acá es obvio que el que tiene cola de paja no soy yo. Yo doy la cara cuando me equivoco... y pido disculpas si correspondiere.


Así que así es la cosa. Confiarle el corazón a otro es una mala muy mala idea. Estar enamorado apesta. Y sin embargo nos empeñamos en siempre sentirlo. Somos sádicos.



NEVERMIND, I´LL FIND SOMEONE LIKE YOU
I WISH NOTHING BUT THE BEST FOR YOU TOO
DON´T FORGET ME I BEG
I REMEMBER YOU SAID:
"SOMETIMES IT LASTS IN LOVE,
BUT SOMETIMES IT HURTS INSTEAD"

martes, 11 de octubre de 2011

Triste, solitario y final, como el libro, pero menos bello.

¿Qué hago con las mariposas? ¿Las mato? ¿Las ahogo en un balde? ¿Las prendo fuego?
Me niego a desenamorarme.
Me niego a odiar los besos que tenía para vos y que ahora tendré que ahorrar para algún otro.
Me niego a perder en la memoria esa mirada que para mí fue verdadera. Me mirabas como si miraras un atardecer, como si estuviera ocurriendo un milagro.
Me niego a despreciar esas palabras que nos dijimos. Cada "te quiero" que dije fue real. Cada vez que dije "te extraño" realmente deseaba sentirte a mi lado. Y no sé si habrán sido mentiras que se te escapaban de los labios, y la verdad, no viene al caso si lo fueron o no. Se sintieron reales.
Me niego a esperarte. Tuvimos la buena suerte de cruzarnos; y la mala de estar tan lejos. Tuvimos la buena suerte de reconocernos; y la mala de que fuera tan a destiempo. Pero la vida es hoy. Y el futuro, no existe.
Me niego a borrarte. No importa si desaparecés, acá dejaste huellas, arrasaste con todo, fuiste un terremoto, un huracán. Todo lo moviste, todo lo rompiste, todo lo creaste.
Me niego a arrepentirme. Desde el primer momento sabía que tenía fecha de vencimiento este juego. Y desde que te dije hola en esa primera cita, sabía que me iba a doler. Y mucho. Y lo haría de nuevo. Sin pensarlo.

Pero, por sobre todas las cosas, me niego a creer que vos no lo sentiste también.
Me niego a creer que no me quisiste.
Y me niego a creer que no te duele.

sábado, 8 de octubre de 2011

¿No te pasa?

¿No te pasa que andas por la calle y ves a la gente y son todos iguales, todos van a mil, todos serios, y entre el mar de caras encontrás a la única persona que sonríe y es como que se hace un autozoom en tu mirada?
¿No te pasa que te quedás pensando en cuál será el motivo de la sonrisa esa que te llamó la atención?
¿No te pasa que entonces te hacés toooooda la historia en la cabeza, de cómo se levantó esa mañana y tomó una ducha, salió de su casa rumbo al trabajo, escuchando sus canciones preferidas? ¿De cómo mientras caminaba se acordó de un beso pegajoso que le dio su hijo a la mañana? ¿O quizás pensó justo en ese beso que le robó de niña a un vecinito? ¿O tal vez, en ese momento se dio cuenta lo hermosa y valiosa que es, que es una mujer completa, hecha y derecha y que quien no la valora no la merece?
¿No te pasa?

Si yo me viera sonreír por la calle, a mí me pasaría, y estoy segura de que me decantaría por la última opción...

martes, 4 de octubre de 2011

Situación win - win / Cruzada por la honestidad

Los hombres se quejan de que las mujeres nos queremos casar.
Las mujeres nos quejamos de que los hombres nos cogen y desaparecen.

Es cierto que las mujeres tendemos a mezclar sentimientos con el sexo. Pero, a la hora de ser realistas, los hombres nos hacen tooooodo un verso que tendría (aparentemente) como objetivo el meternos en la cama, pero, por lo general, es un verso que da a entender que existirían ciertos sentimientos que no existen realmente. O sea, los hombres fingen sentimientos para poder cogerse una mina, pero después, si la mina se engancha, se quejan porque todas se quieren casar.

Ahora bien: Ni todas las minas nos queremos casar, ni todos los hombres sólo quieren un touch. Simplificar metiendo a todos y todas en la misma bolsa, es una idiotez.
El problema está en que la gente no habla. No dice qué quiere. Entonces, uno tiende a meter a esa persona en el prejuicio que mejor le quede.
¿Sólo querés sexo? Decíselo! Si quiere, quiere (o sea, a las minas también nos gusta coger, en serio, posta) y si no, no se va a enganchar al pedo. Ahorramos tiempo, malentendidos, dinero, etc.
¿Querés un novio? Decíselo! Si no quiere tener ningún tipo de relación, va a desaparecer de una. Y si le pinta, o ve alguna posibilidad, va a quedarse. Sólo un hombre dispuesto, voluntariamente va a admitir que quiere que le rompas las bolas (porque hay que admitirlo, nos especializamos en romper las bolas).

Pero nooooo! no nos decimos nada de esto, y seguimos pensando que todos los hombres son unos hijos de puta y que todas las mujeres somos unas locas de mierda.
Y así estamos...