martes, 30 de octubre de 2012

Ando ganas

Ando ganas de escaparme a algún lugar donde pueda encontrarme con mis ganas nuevamente.
Ando ganas de sus besos.
De sentarme en un bar con mi amiguita B., como en los viejos tiempos, tomarnos un vinito, hablando de cómo cambiaríamos el mundo.
De sentarme a la orilla de un río, meter los pies en el agua fresca, escuchar cómo golpea contra las piedras, sentirme tan poca, poquita cosa.
De mirarlo a los ojos y decirle que lo quiero, que se quede conmigo.
De sentirme plena.
De construir castillos en el aire, describiendo cada uno de los detalles, pintando con palabras un futuro posible.
Ando ganas de sonreir mientras camino por la calle y ver la cara de asombro de la gente, al ver a alguien sonriendo.
Ando ganas de leer un buen libro, de encontrar una de esas historias que no te sueltan, que te atrapan y no te dejan conciliar el sueño.
De descubrirme una nueva habilidad, un nuevo hobbie, una nueva afición.
De sentirme linda todos los días, de sentirme bien.
Ando ganas de tener a mi sobrino en brazos y mecerlo, y cantarle.
De escribir una novela erótica, de leerla en voz alta, de despertarme con las palabras.

Ando ganas de ser cada día más yo.

lunes, 22 de octubre de 2012

Volar

Me encontraba caminando cuando de repente una mujer se acerca y me corta los tirantes de mi cartera. La abre y sale corriendo con mi billetera en la mano. Yo comencé a correrla gritándole que se detenga y que me dé el documento. Se detiene, a unos 20 pasos, me tira a la cara las tarjetas y el dni y yo le digo... es todo lo que tengo, dejame algo para volverme a casa! 
La ladrona se solidariza, y de mi billetera me tira dos billetes de 10 pesos y uno de 2, y se va... Todo esto es observado por una segunda ladrona, que agarra los billetes y sale corriendo...
Me senté en una escalera, llorando desconsoladamente... y se me acerca un señor muy parecido a David Bowie en "Laberinto" (que, por amor a todo lo sagrado, no tenía calzas) que me consuela diciendo... no llores, vos podés volar a tu casa...
Lo miré sin comprender... 
Me levanté, aún confundida y compungida y pegué un saltito... pero no volví a caer... me quedé volando, así en el aire... brazos y piernas extendidos, como queriendo mantener algún tipo de equilibrio, pensando que podía caer en cualquier momento.
Bowie me dice... sólo tenés que pensar hacia dónde querés ir...
Aún flotando, toda tensionada, pienso hacia dónde queda mi casa, y me empiezo a elevar, girando en esa dirección. 
Me relajé, sintiendo en todo mi cuerpo una especie de electricidad que hasta el momento no había sentido, y diciéndome... qué boluda, nunca había volado, porque pensaba que no podía...

La gente que me veía me preguntaba si era alguna especie de superheroína, y si venía a salvar el mundo... 

Yo sólo quería volar...

Dos cosas más:
1.- Mi subconsciente es muy groso.
2.- Hoy apenas llegué al centro, se me cortó el tirante de la cartera...

...en cuantito aparezca alguien parecido a David Bowie empiezo a saltar como desquiciada...



miércoles, 17 de octubre de 2012

Hormonal

Una de las peores cosas de ser mujer, es el fucking ciclo de mierda que tenemos que soportar.
O sea... todo bien con la menstruación, llega un punto en la vida en que ya no te jode TANTO... (es más, me jodería si no estuviera...), el problema es el cambio en la personalidad que viene con Andrés.

Hay veces en que dejás de ser dueña de tus propias emociones.
Hoy por ejemplo, tengo ganas de llorar. Las tuve todo el puto día. Ganas de patalear, llorar, comer chocolate y llorar más.
¿El problema? No tengo motivos lógicos por los cuales llorar...
Por suerte, estoy en un momento bastante up en mi vida... Tengo mucho trabajo, hago lo que me gusta, acabo de ser tía de la criaturita más hermosa, quiero a mucha gente, y mucha gente me quiere, estoy bien en lo que hace al cuore...
TODO BIEN, NO???

NO.

NO ESTÁ TODO BIEN porque a las pintorescas hormonas que me rigen en este preciso momento, se les cantó que hoy voy a estar triste. Y estoy triste. Triste por nada. Pero triste al fin...

Entonces, escribo un post sobre no poder ser dueña de tu propio estado de ánimo. Porque, aceptémoslo muchachas, algunos meses, nos toca ser unos malditos dragones que escupen fuego, sin motivo aparente. Otros, unas máquinas devoradoras de películas de Jennifer Anniston, chocolate y pañuelos descartables.
Y algunas de las veces, simplemente nosotras mismas, solo que más conscientes de ser mujer.

Aunque debo admitir que los que se llevan la peor parte cuando las hormonas hacen piquete... son las personas con las que debemos compartir las delicias de nuestro PMS...

Les dejo, para los que saben inglés, una joyita de Margaret Cho...

Besos hormonales






lunes, 15 de octubre de 2012

Calidez


Calorcito, acá en la panza, en el pecho.
Verlo y que se te vayan todas las preguntas, simplemente saber que lo que tenés frente a tus ojos es belleza pura.
Que abra sus ojitos, que te sonría (si, ya sé, no es una sonrisa propiamente dicha, pero se le parece mucho), que te apriete el dedo con toda su manita.
La piel de los dedos toda flojita, como que le quedara grande el trajecito... 
Verlo dormir (durante el día, el muy desgraciado usa las noches para expandir sus pulmones a fuerza de gritos)...
Hermanouno todo hermoso y baboso, tan grande, tan hombre... tan padre...
Y Cuñadauno, toda bella como es, mirando a su hijo, desarmándose a cada cosita nueva que hace... profundamente enamorada... 

Todo es más bello en el mundo ahora que Dante ya está acá...





martes, 2 de octubre de 2012

Dolor

No es la primera persona que se nos va.
Y tampoco va a ser la última, lamentablemente.

El problema no es el que se va. Somos los que nos quedamos el tema.
Porque los que nos quedamos nos preguntamos muchas cosas.

La más repetida es, ¿Por qué?
Porque, admitámoslo, no podemos con nuestra cabeza cuadradita, y tenemos que buscar una explicación coherente para todo. Mucho más si ese todo implica que alguien que uno quiere ya no está.
No lo podés comprender. Entonces te repreguntás, y echas culpas, y puteás. Y te volvés a repreguntar... ¿Por qué él?

Después viene la percepción de la propia futilidad, la propia capacidad de desaparecer.
Y no podés evitar pensar que era un pibe. Que no le tenía que tocar a él. Que no tenía que ser ahora. Que entonces... uno tampoco es nada.
Vivimos sabiendo que algún día nosotros también nos vamos a ir de gira.
Pero no lo vemos como algo que nos puede pasar ahora. Algún día... En un futuro, lejano.

¿Qué nos queda entonces?
Aprender.
Que no tenemos el tiempo comprado. Que el número nos sale en el momento menos pensado. Y que tenemos que aprovechar cada momento, cada pequeña cosa, cada instante.
Y que, ante todo, hay que pasarla bien.


Negro, no te puedo creer que te estemos llorando, cuando todo lo que hiciste siempre fue hacernos reír... Como dijo alguno de tus muchos amigos tenías el don de la alegría... lo que nos dejás es una enseñanza también: Hay que pasarla bien, hay que disfrutarla. 


Hasta que nos volvamos a ver Archi, esperanos con unas cervezas, un abrazo y tu sonrisa de siempre.